Epub gratis de: Shunryu Suzuki
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Biografía sobre Shunryu Suzuki
Shunryu Suzuki (1904-1971) nació con el nombre de Toshitaka Suzuki y fue uno de los primeros grandes maestros zen que llegaron a occidente y dejaron su marca. Fundó el Centro Zen de San Francisco, parte del linaje zen Soto que tiene en Eihei Dogen su fundador y que traza su linaje hasta Mahakasyapa, discípulo del Buda que habría alcanzado el despertar en el silencio que sería la esencia del zazen, cuando el Buda sonrío y mostró una flor a sus seguidores.
Fue autor de uno de los libros más populares sobre el budismo zen, Mente Zen, Mente de Principiante, que es una compilación de sus charlas y enseñanzas, en las que Suzuki destaca las virtudes de tener siempre una mente de principiante durante la práctica del Zen y del Zazen. Es una reflexión sobre el lugar en el que Suzuki ponía su pasión: en la continua práctica del zen junto a otros. No deseaba ser recordado, o que alguna cosa recibiera su nombre. Quería transmitir a otros lo que había aprendido y tenía la esperanza de que ellos, a su vez, contribuyeran a imprimir fuerza al budismo en América y volvieran a dar fuerza a éste en el Japón.
Suzuki Roshi llegó a Estados Unidos en 1959 y murió el 4 de diciembre de 1971, hace justamente 46 años. Aunque Suzuki Roshi tuvo muchos discípulos, lo único que hizo realmente, fue abrir su templo y sentarse todas las mañanas solo a practicar zazen. Siguiendo su ejemplo, luego, muchos estudiantes se sentaron con él. Esta es la esencia del zen…
Su práctica era realmente simplista centrada en shikantaza (o simplemente sentarse). Tenía un punto de vista fresco sobre el vivir y el hablar acerca de la vida, una energía enorme, una presencia formidable, un contagioso sentido del humor, y una pizca de travesura. Desde que se convirtiera en monje a los trece años, el maestro de Suzuki, Gyokujun So-on Suzuki, lo llamó Pepino Torcido. Los pepinos torcidos no valían para nada: los campesinos hacían abono con ellos y los niños los usaban para entrenarse a batear. So-on le dijo a Suzuki que sentía pena por él, puesto que nunca tendría buenos discípulos. Durante mucho tiempo, dio la sensación de que So-on tenía razón. Luego, Pepino Torcido cumplió un gran sueño. Vino a América, donde tuvo muchos discípulos y murió en pleno florecimiento de lo que había venido a hacer. Sus doce años y medio en América cambiaron profundamente su vida y las vidas de muchos otros.